Sobre la fluidez de los vínculos y el amor líquido.
Hace unas semanas, leí en un texto sobre la era de la
pos-verdad un término muy antiguo y practicado, pero poco mencionado y
conocido: amor líquido. El texto trataba sobre cómo los vínculos con el otro se
han desgastado y debilitado en las últimas décadas afectando las relaciones
inter e intra personales y a su vez modificando las formas de comunicación de
medios, el surgimiento de la era de la información no sostenida ni con bases
firmes (información liquida). Dicho texto se enfoca más en cuestiones del
periodismo y sus avances, pero hoy nos encontramos para tratar cuestiones más
actuales y personales, para analizar la fluidez
con la que decidimos vincularnos afectivamente con el otro. Cabe aclarar
que no todos los casos son iguales y no está permitido generalizar, cada vínculo
es un mundo.
El formato actual y normalizado de amar consiste en entregar
con la presencia de límites, dicho de otra forma, se trata de un mecanismo
tibio que no da lugar a temperaturas altas ni frías, simplemente nos quedamos
en lo templado: no damos de más por miedo a perder, salir lastimados y
mostrarnos al cien con el otro; pero tampoco somos seres totalmente de hielo,
cerrados y negados al cariño, por miedo a perder al otro. También es un
argumento analizable por medio del sistema cromático; ya no hay blancos o
negros, predominan los grises, la neutralidad y la duda. Un factor que penetra
de forma considerable en los vínculos actuales (a mi parecer), son las redes
sociales, cuantas veces pensamos que x pareja termino, se pelearon o ya no están
juntos porque hace tiempo no suben fotos a sus redes, cuántas veces perdemos el
sueño y nos desesperamos por ver algo en internet que nos afecta; perdemos la noción
de la realidad y asumimos como real lo que nos muestran las pantallas.
La responsabilidad afectiva puede definirse como el
consenso, cuidado y diálogo sobre los sentimientos y emociones que surgen en
una relación de cualquier naturaleza. Cuidar implica escuchar al otro y
acompañarlo teniendo en cuenta sus emociones.
Algo nos dice constantemente que no es válido sentir y jugársela.
Porque no es el momento, porque no es la persona, o quizás si es la persona
pero no el momento. Utilizamos métodos extraños: nos alejamos del otro para que
nos busque y si alguien nos busca, nos deja de interesar automáticamente; no
queremos un vínculo ‘’serio’’ (y digo serio entre comillas porque en mi opinión
la seriedad se rige por un título y que sea sano es más valioso y crucial),
pero cuando ya no está esa persona nos arrepentimos de no haberlo intentado. La
fluidez tiene dos caras; podemos entenderla como la forma en que nada se
sostiene y todo es tarde o temprano derrumbado; o como un principio importante
en la vinculación que podemos definirlo con una frase super utilizada: dejarse
llevar.
No soy la persona indicada para tratar temas de
enlazamientos afectivos, no tengo suficiente experiencia en el campo; pero si
he observado mucho a mi alrededor. No se trata de volver a los años 50 y vivir
un romanticismo apasionado, desafortunado y lleno de dramas, se trata de ser más
conscientes en cuanto a lo que queremos, aclarar al otro nuestros deseos, dejar
de pensar tanto y sentir más. Se trata de estar cuando estés listo, no por diversión,
no por un poco de compañía y seguido de eso descarte. Me considero una persona
extremadamente chapada a la antigua en estos temas, vivo y disfruto cada sensación
de amor (a veces de más), sufro bastante cuando se acaba, pero siempre me
agradezco a mis misma por darlo todo. La solidez del afecto es necesaria en su
justo equilibrio. La vida es un lapso sucinto de vivencias, residir en ella con pasión
fluida es una experiencia maravillosa sin arrepentimiento, uno solo se
arrepiente cuando no se anima.
Isabella Brosio
Para finalizar, dejo dos pequeñas frases de uno de mis escritores preferidos, Julio Cortázar.
Me encantó, un tema sobre el que nunca hubiese pensado, ni reflexionado, realmente muy bueno y "productivo"
ResponderBorrarMuchas gracias por tu interés en el tema, por siempre leerme y acompañarme!
BorrarEl amor y sus fracasos a dado de comer a muchos abogados matrimonialistas. La iglesia ha causado un daño irreparable.
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